Cómo quitar papel pintado sin dañar las paredes: guía completa
- Santiago Erice Ramos
- hace 5 días
- 4 Min. de lectura
Si alguna vez has intentado quitar papel pintado sin saber bien cómo hacerlo, ya sabes lo frustrante que puede llegar a ser. Trozos que no se despegan, capas que se rompen a tiras, cola que deja marcas… En muchos hogares, debajo de una capa de pintura bonita o un papel nuevo, se esconden las cicatrices de una retirada mal hecha.
Pero quitar papel pintado no tiene por qué ser un calvario. Con la técnica adecuada, las herramientas correctas y un poco de paciencia, puedes lograrlo sin dañar la pared y sin convertir la tarea en una batalla campal. Tanto si quieres renovar una habitación tú mismo como si vas a contratar a un profesional, saber cómo se hace correctamente te ayudará a planificar mejor y evitar errores.

¿Por qué es importante quitar bien el papel?
La mayoría de los papeles pintados, especialmente los instalados hace más de 10 o 15 años, fueron colocados con colas muy fuertes o incluso sin imprimar la pared. Esto hace que retirarlos mal pueda levantar el yeso, dejar restos de adhesivo o incluso dañar la capa base de pintura.
Además, si vas a volver a empapelar o pintar encima, es fundamental que la superficie esté perfectamente limpia y lisa. El acabado final dependerá, en gran parte, del estado de la pared una vez retirada la capa anterior.
Paso 1: identificar el tipo de papel
Antes de empezar, conviene saber con qué tipo de papel estás tratando. ¿Es papel tradicional? ¿Vinílico? ¿Autoadhesivo? ¿Está pintado por encima? Esto puede darte pistas sobre la técnica que mejor funcionará.
Si el papel es vinílico lavable, es posible que solo se despegue la capa superior y quede el soporte adherido a la pared. Ese soporte también hay que retirarlo.
Si es papel muy antiguo, probablemente esté pegado directamente sobre yeso sin imprimación, y costará más quitarlo.
En cambio, los papeles modernos tipo TNT (tejido no tejido) suelen salir fácilmente en tiras enteras.
Haz una pequeña prueba en una esquina: intenta levantar una tira y observa cómo responde.
Paso 2: proteger la habitación
Antes de ponerte manos a la obra, protege bien el suelo, los rodapiés y los enchufes. Aunque no vas a usar productos agresivos, el agua y la cola pueden ensuciar o mojar más de lo que esperas.
Cubre el suelo con plásticos o cartón, retira los cuadros, las cortinas y, si puedes, mueve los muebles. Cuanto más despejado esté todo, más cómodo será trabajar.
Paso 3: humedecer, el mejor aliado
El truco más efectivo y económico para quitar papel pintado es simplemente agua caliente y un poco de paciencia. Puedes usar una esponja grande, un pulverizador o incluso un rodillo para mojar bien la superficie. Si el papel es muy resistente, puedes añadir un poco de detergente neutro o vinagre blanco al agua. También existen productos específicos para disolver la cola, disponibles en ferreterías y tiendas de bricolaje.
Humedece una zona y deja que el agua actúe durante unos minutos. El objetivo es que la cola que mantiene el papel pegado se reblandezca y facilite el despegue.

Paso 4: raspar sin dañar
Con la pared humedecida, empieza a levantar el papel con una espátula ancha, preferiblemente de plástico para evitar rayar la pared. Ve despacio, trabajando de abajo hacia arriba. Si el papel se rompe en trozos pequeños, probablemente necesites mojar más.
En paredes muy rebeldes, puedes usar un perforador de papel (también llamado “tigre”), que hace pequeños cortes en la superficie para que el agua penetre mejor. Pero úsalo con cuidado para no marcar la pared por debajo.
Paso 5: eliminar restos de cola
Una vez retirado el papel, es muy probable que queden restos de adhesivo en la pared. No los ignores. Humedece de nuevo la zona y frota con una esponja o cepillo suave hasta eliminar toda la cola.
Si no eliminas bien estos restos, pueden afectar la adherencia de la nueva pintura o papel que pongas después, o generar manchas con el tiempo.
Paso 6: reparar y preparar la pared
Tras el proceso, es normal que la pared necesite pequeñas reparaciones. Rellena grietas o desconchones con masilla, lija suavemente y limpia bien el polvo. Si vas a pintar o volver a empapelar, asegúrate de que la superficie esté seca y lisa. ¿Aún no tienes claro cómo quieres pintar después de retirar el papel? Lee nuestro artículo Las mejores combinaciones de colores para pintar la casa: Inspiración para decorar.
Conclusión: quitar papel con cabeza, no con fuerza
Retirar papel pintado puede parecer una tarea pesada, pero con una buena preparación y el enfoque adecuado, se convierte en un trabajo bastante asequible. La clave está en no tener prisa: si el agua necesita unos minutos más, dáselos; si una zona se resiste, vuelve a humedecer.
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Recuerda: una retirada bien hecha es la base de una renovación duradera y de calidad. Ya sea para pintar, alisar o colocar un papel nuevo, tu pared te lo agradecerá.